lunes, 31 de agosto de 2009

Creo en los cuentos de hadas

Hace poco hablando con una amiga llegamos a la conclusión de que el amor apesta.

¿Por qué siempre que quieres a alguien, ese alguien se las arregla para hacerte sufrir?

Me platicaba el caso de su hermana, que se caso con un hombre que la ama y la adora con locura.
Ella solo se caso.

No había enamoramiento ni ilusión ni esperanzas cuando se caso, solo lo hizo porque él era alguien "seguro" que no la haría sufrir.

Viéndolo desde un punto de vista frió ella fue muy inteligente. Esta con alguien a quien estima y le ha tomado cariño y para quien ella es todo su mundo. Ella esta segura de que en 50 años va a tener un compañero con quien pasar sus años de vejez y que durante todo este tiempo no la hará sufrir.

No sufrirá por 2 razones, la primera porque el la ama demasiado como para hacerle daño, y la segunda porque ella no esta enamorada de él, así que si resultada que este hombre sale con alguna fregadera ella no sufriría porque realmente no le importa del todo.....

Desde esta perspectiva suena bastante bien, se esta protegiendo..... hace mas de 10 años que están casados y parece que le ha resultado bien, ella se ve feliz.

Pero, ¿y qué pasa con el amor?

A lo mejor sueno muy cursi pero yo no puedo estar con nadie de quien no este enamorada.

Me cuesta mucho y termino por dejarlo.

Me gusta sentir la ilusión, la emoción, las ancias... todo ese sin fin de emociones que se sienten cuando se esta enamorada.

Pero es un arma de dos filos, porque por un lado esta ese torrente de emociones hermosas pero estas te dejan vulnerable a la posibilidad de ser herida y sufrir.

Creo que si no te arriesgas no podrás encontrar la felicidad.

Y como vas a valorar la felicidad si nunca has sufrido antes.


Me siento princesa de cuento de hadas en busca de su final feliz.

100% cursi jajaja


Ara

martes, 11 de agosto de 2009

Contigo me doblego


No se que tienes o que me pasa a mi cuando estoy contigo, pero siempre me pasa igual.

Me haces enojar, mucho. Pero creo que nunca me habías visto enojada como el domingo.

Estaba emputada, pero al mismo tiempo tenía cierto sentimiento de querer cuidarte….

Estabas mal y se veía, hablabas incoherencias y las estuve pasando, estabas NECIO y te estuve aguantando, enojada pero lo aguante.

Y es que me hiciste enojar tanto que quería correrte, gritarte que te fueras, pero al mismo tiempo te veía ahí, afuera, tan solo y en ese estado…. no podía dejarte a tu suerte.

Esa parte de mi que aun te quiere (y ah como te quiere!!) es la que me permitía estar tan enojada y a la vez sentir ese apego hacia ti.

Después de esto, yo espero una disculpa, pero ¿que pasa?
Al día siguiente vienes y no entiendes el porque de mi enojo…

¿Qué demonios es lo que no entiendes? Ya te lo explique, una y otra vez.

Tenía mis razones para estar enojada y creo que esas razones eran más que suficientes para haberte corrido, y no lo hice, de hecho esas razones siguen siendo suficientes como para seguir enojada.

¿Y que haces tu?
Te haces el ofendido….

Y aquí estoy yo sintiendo otra vez que me he portado muy dura contigo, que necesito arreglar esto, que tengo que explicarte que no estoy tan enojada como parece.

¿Y que gano yo?
Nada.
Así tu solo sentirás que tenias la razón, que exagere mi enojo y al cabo de un tiempo pues que lo vuelvas a hacer, que me vuelvas a hacer enojar de la misma manera que lo has hecho antes y empieza nuestro círculo vicioso.

Esto parece una competencia. Estamos en un eterno estira y afloja, en el que ninguno de los dos quiere perder.

Esta vez no quiero ser yo la que termine cediendo, ahora creo tener la razón y se que tu también crees tenerla.

Siento que si no cedo yo tu nunca lo hará.

A ver cuento aguanto esperando a que seas tu el que ceda.

Ara